Bienvenidos a nuestro blog, en esta ocasión hablaremos sobre cómo limpiar la tarima flotante después de una obra. Este tipo de suelo es una excelente opción para cualquier hogar, ya que es resistente, duradero y fácil de mantener. Sin embargo, después de una obra, es posible que se haya acumulado polvo, manchas o restos de pintura en la superficie de la tarima. Por eso, es importante saber cómo limpiarla correctamente para mantenerla en óptimas condiciones. A continuación, te daremos algunos consejos para que puedas dejar tu tarima como nueva.
¿Qué es una tarima flotante y por qué es importante limpiarla después de una obra?
Una tarima flotante es un tipo de suelo laminado que se coloca sobre una base nivelada, sin necesidad de pegarla o clavarla. Está compuesta por varias capas, siendo la más importante la capa de uso, que es una lámina de madera o de material sintético que imita la madera. La tarima flotante es una excelente opción para cualquier hogar, ya que es resistente, fácil de instalar y requiere poco mantenimiento. Sin embargo, después de una obra, es posible que se haya acumulado polvo, restos de pintura o manchas en la superficie, lo que puede afectar su apariencia y durabilidad. Por eso, es importante limpiarla correctamente para eliminar cualquier tipo de suciedad y mantenerla en óptimas condiciones.
¿Qué materiales necesitaremos para limpiar la tarima flotante?
Antes de empezar a limpiar la tarima flotante, es importante tener a mano los materiales necesarios. Estos son algunos de los utensilios que serán útiles para realizar la limpieza:
- Aspiradora: es el mejor aliado para eliminar el polvo y la suciedad acumulada en la tarima flotante después de una obra.
- Fregona: nos ayudará a limpiar la superficie con mayor facilidad y a eliminar cualquier tipo de mancha.
- Detergente neutro: será nuestro aliado para eliminar cualquier tipo de mancha o suciedad sin dañar la superficie de la tarima.
- Agua caliente: junto con el detergente, nos ayudará a desinfectar y limpiar la tarima.
- Paño de microfibra: es ideal para secar y dar brillo a la tarima después de limpiarla.
¿Cómo limpiar la tarima flotante después de una obra?
A continuación, te explicamos paso a paso cómo limpiar la tarima flotante después de una obra:
Paso 1: Retirar el polvo y la suciedad
Lo primero que debemos hacer es retirar todo el polvo y la suciedad acumulada en la tarima flotante después de la obra. Para ello, podemos utilizar una aspiradora con un accesorio adecuado para suelos duros. Pasaremos la aspiradora por toda la superficie de la tarima para eliminar cualquier tipo de restos de obra, polvo o suciedad.
Paso 2: Eliminar manchas y restos de pintura
Si en la superficie de la tarima hay manchas o restos de pintura, podemos utilizar un paño humedecido con agua caliente y detergente neutro para eliminarlos. Frotaremos suavemente la mancha con el paño hasta que desaparezca por completo. Si la mancha persiste, podemos utilizar un quitamanchas específico para tarimas flotantes. Es importante no utilizar productos abrasivos que puedan dañar la superficie de la tarima.
Paso 3: Limpiar con agua caliente y detergente
Una vez eliminados todos los restos de polvo y suciedad, podemos proceder a limpiar con agua caliente y detergente neutro. Para ello, diluiremos una pequeña cantidad de detergente en un cubo de agua caliente y pasaremos la fregona por toda la superficie de la tarima. Es importante no dejar que el agua se acumule en la tarima, por lo que debemos asegurarnos de escurrir bien la fregona para evitar que se dañe el suelo.
Paso 4: Secar y dar brillo
Una vez limpiada la tarima, es importante secarla bien para evitar que se dañe. Para ello, utilizaremos un paño de microfibra y lo pasaremos por toda la superficie hasta que esté completamente seca. Si lo deseamos, también podemos utilizar un producto abrillantador específico para tarimas flotantes para darle un aspecto más brillante y protegerla.
¿Cómo mantener la tarima flotante en óptimas condiciones después de la limpieza?
Para mantener la tarima flotante en óptimas condiciones después de la limpieza, es importante seguir algunos consejos:
- Limpia la tarima regularmente con una aspiradora o mopa para eliminar el polvo y la suciedad acumulada.
- Evita utilizar productos abrasivos o limpiadores con ingredientes agresivos que puedan dañar la superficie de la tarima.
- No utilices demasiada agua al limpiar la tarima. Siempre es mejor utilizar un paño o fregona ligeramente humedecidos.
- Protege la tarima de la luz solar directa y de la humedad excesiva para evitar que se dañe con el tiempo.
- Sigue las instrucciones del fabricante para el mantenimiento y limpieza de la tarima.
Lo más rentable siempre será una empresa profesional
Contratar una empresa de limpiezas de fin de obra puede resultar más rentable en comparación con hacerlo uno mismo, ya que el esfuerzo y tiempo que se requiere para realizar la limpieza puede ser mucho mayor que el costo de contratar a una empresa especializada.
En primer lugar, realizar una limpieza de fin de obra no es una tarea sencilla y requiere de mucho esfuerzo físico. La eliminación de residuos de construcción, como polvo, escombros y manchas de pintura, puede ser agotador y peligroso si no se cuenta con la experiencia y las herramientas adecuadas. Pasa algo parecido cuando hablamos de limpiezas especiales como limpiezas de Síndrome de diógenes. Además, el proceso de limpieza puede llevar días, e incluso semanas, dependiendo del tamaño y complejidad de la obra. Esto implica un gran desgaste físico y mental, lo que puede ser un factor determinante en la decisión de contratar una empresa de limpiezas.
En segundo lugar, el tiempo es un factor importante a considerar. Una empresa de limpiezas de fin de obra está especializada en este tipo de tareas y cuenta con un equipo de profesionales que pueden realizar la limpieza de manera rápida y eficiente. Esto significa que el lugar estará listo para ser utilizado en mucho menos tiempo en comparación con hacerlo uno mismo. Además, al contratar a una empresa, se pueden establecer plazos y horarios específicos para la realización de la limpieza, lo que permite una mejor planificación y organización.
Otro aspecto a tener en cuenta es el costo. Aunque pueda parecer inicialmente más económico realizar la limpieza uno mismo, al considerar el costo de los productos y herramientas necesarios, así como el tiempo invertido, puede resultar más costoso que contratar a una empresa especializada. Además, al contar con profesionales, se reduce el riesgo de dañar o estropear superficies y materiales, lo que a largo plazo puede ahorrar dinero en reparaciones o reemplazos.
Por último, al contratar una empresa de limpiezas de fin de obra, se tiene la garantía de un trabajo bien hecho. Estas empresas cuentan con la experiencia y conocimientos necesarios para realizar una limpieza profunda y exhaustiva, lo que garantiza que el lugar quedará en óptimas condiciones para ser utilizado. Además, en caso de cualquier problema o inconveniente, la empresa se responsabilizará y ofrecerá soluciones.